
Sara Ramírez Acosta, psicóloga
Mi nombre es Sara Ramírez. En 2018 empecé el camino hacia mi sueño de ser psicóloga en la Universidad Fernando Pessoa Canarias. En 2022 me gradué y comencé el máster en Psicología General Sanitaria. En todo ese tiempo no me he estado quieta. Comencé una cuenta en Instagram de divulgación de Psicología (@estandoysiendo), asisto a Radio Gáldar mensualmente para hablar e informar sobre temas referentes a la salud mental y, además, tengo un podcast “Psicopíldoras” con quien, afortunadamente, puedo decir que no solo fue mi profesor, sino que ahora es un fiel compañero de profesión.
También he estado en continua formación durante todo este tiempo. He realizado cursos de Psicología positiva, de Psicología forense y aquellos referentes al tratamiento de la depresión y la ansiedad.
Mis prácticas del grado las cursé en un centro de personas con Trastorno del espectro autista (TEA). Abarqué un amplio rango de edades, pero sobre todo, trabajé con niños y niñas. Aunque empecé dichas prácticas con muchas dudas sobre si me iba a gustar trabajar con ese colectivo en específico, las acabé con el corazón repleto de conocimientos, pero lo que es más importante, repleto de amor: hacia mi profesión y hacia las personas con TEA.
En esta “pequeña” presentación no puedo dejar atrás mi experiencia siendo voluntaria. Mi primera toma de contacto fue con ARANDA LGTBI. Ahí me sensibilicé muchísimo más con respecto a la igualdad y a las injusticias sociales que siguen existiendo a día de hoy. Después de mi camino en ARANDA, me prometí a mí misma que iba a ser una persona bastante más respetuosa, empática y activa en la lucha por los derechos humanos.
Luego, me uní a la Cruz Roja y, aunque ahí mi andadura fue corta, pude llevarme una enriquecedora toma de contacto con personas mayores. Fui consciente de la soledad que sufren muchísimas de ellas y de la importancia que tiene el apoyo social en todas las edades.
Finalmente, me quedé de voluntaria en el centro donde realicé mis prácticas: Aspercan. He sido incapaz de desligarme de todas las personas que allí conocí y del método tan humano que utilizan para llevar a cabo el trabajo terapéutico.
Mi objetivo al acabar el máster es seguir formándome en terapias de tercera generación y cognitivo-conductual, así como especializarme en el TEA. Mi único propósito con ello es contar con las mejores herramientas posibles para tratar cálida y profesionalmente a las personas que me confíen su proceso terapéutico.
“Haz el bien y no mires a quién”