¿Cuántas veces no te has propuesto un objetivo y al cabo de los días o meses te has olvidado de él?
Dejar para mañana, no saber organizar un objetivo, establecernos metas, olvidarnos de nuestras necesidades, dejar de centrarnos en nuestro propio autocrecimiento personal.
Todo esto resulta tan desmotivador que las ganas de proponerte otra meta son nulas, sobre todo cuando son tantas las metas que te has marcado y has dejado abandonadas ¿o me equivoco?
Considero súper importante el hecho que todas las personas, independientemente de la edad, se establezca objetivos a lo largo de los meses y los años, pues la consecución de los mismos, así como el éxito e incluso muchas veces el fracaso de conseguirlos, nos ayuda en nuestro crecimiento personal, a nuestra autoestima.
¿Por qué el fracaso también es importante?
Porque te permite crecer, siempre y cuando claro está que des marcha atrás, reflexiones sobre el recorrido que has realizado y observes cuáles han sido los obstáculos con los que has tropezado por el camino y así la próxima vez establezcas una estrategia mejor para saltarlos.
Te propongo una serie de pasos que considero fundamentales a la hora de aumentar tu motivación para la consecución de tus objetivos ¿Preparados?
Aprendeque este nuevo proceso requiere generar una nueva habilidad: muchos de los objetivos que te propones significarán cambios de hábitos y de rutinas y eso es una nueva habilidad que tienes que desarrollar y claro está que no aprendemos en un solo día (depende para qué) así que la gran mayoría de las veces tu objetivo te requerirá tiempo y proceso.
¿Recuerdas cuando aprendiste a montar en bici? Bueno pues ese era uno de los objetivos que te marcaste en tu vida, y claro está, que para llegar a dominar esas finísimas ruedas tuviste que aprender la habilidad de montar en bici, lo que supuso que muchas veces te cayeras o te pusieran rueditas pequeñas para aprender a manejar el equilibrio, hasta que un día fuiste notando que poco a poco ibas mejorando tu equilibrio, cogías mejor las curvas, hacías el caballito y te diste cuenta que ya sabias montar en bici.
Pues lo mismo sucederá con todas las metas y objetivos que te propongas, esto supone un aprendizaje y como todo aprendizaje muchas veces caerás o te relentizarás por el camino, pero nunca hay que desesperar, recuerda estás adquiriendo una nueva habilidad.
Olvídate de las etiquetas negativas: si realmente quieres conseguir tus metas no vale que te estés repitiendo y maltratando constantemente con etiquetas o palabras negativas cada vez que algo no te sale como esperabas. Si muchas veces hablásemos a los demás como nos hablamos a nosotros mismos, nos quedaríamos sin amigos, así que entre más palabras mal sonantes te repitas en tu mente más te estás alejando de una buena autoestima. Deja de tomártelo todo tan enserio, la mejor forma de aprender es relajarse, divertirse, jugar durante el proceso y como dice el refrán al mal tiempo buena cara y no malas palabras.
Visualiza positivamente: nuestro cerebro cree que aquello que le representamos mentalmente muchas veces es cierto, es decir, se cree que esa es la realidad. Si tu forma de visualizar el objetivo es de manera negativa, imaginando muchos inconvenientes o simplemente imaginando que no lo consigues y encima todo esto lo representas mentalmente muchas veces, ya le estas dando todas las razones para que tu mente crea que será imposible y que para qué intentarlo.
Pero recuerda, tu realidad no es la única que existe, no te creas todo lo negativo que pasa por tu mente, la gran mayoría de las veces simplemente es una exageración de la realidad. Recoge e imagina lo positivo y a partir de ahí busca las estrategias necesarias para acercarte cada vez más a ese objetivo.
Divide tu objetivo: si te propones bajar 15 kg en 4 meses se te va a hacer eterno, ahora si te propones bajar 200 gramos todas las semanas te motivarás mucho más y habrá más posibilidades de llegar a tu objetivo final. Todos los objetivos se pueden dividir en otros más pequeños, y notarás que a medida que los vayas consiguiendo tu motivación irá en aumento.
Reforzarte y de vez en cuando recompensarte por cada mini objetivo conseguido, repite esas palabras que un buen entrenador te diría por cada paso conseguido “ ¡Genial, lo estoy haciendo súper bien! ¡sigue así!” . Tu cerebro asociará estas palabras motivadoras con tu objetivo o mini objetivos y creerá que es necesario seguir luchando para conseguirlo. No está mal tampoco que de vez en cuando te premies, por ejemplo comprándote un detalle, tomarte ese capricho que tanto te gusta, ir a ese lugar que te anima o te relaja.
Tener estrategias: tanto para cuando las cosas van bien como cuando las cosas van mal. Recuerda de vez en cuando echar un vistazo atrás, repasa tu recorrido, evalúalo y si es necesario, este es el momento para hacer posibles cambios que te acerquen a tu meta. Tener claro lo que quieres ayuda a tomar mejores decisiones. Cuida tu frustración.
Planifica: coge tu agenda márcate tiempos, horarios, fechas, así hay menos posibilidades que lo dejes todo para mañana y recuerda reforzarte cada vez que tachas por conseguir lo que te habías propuesto en el día.
Recordar victorias pasadas: aumenta tu motivación y te haces ver que tú eres capaz. Visualiza esa imagen de cuando superaste alguna vez una meta marcada.
2 Comments
Exelente favor enviarme informacion
Interesante artículo.