Cuando se habla sobre la disfunción eréctil, tanto a ellas como a ellos se les viene a la cabeza la imagen de un hombre con un miembro sin vigor (normalmente, en los momentos más inoportunos). Pero ¿y si sucediera justo al revés? Muy posiblemente estaríamos ante un caso de priapismo que, como veremos a continuación, puede acabar ocasionando dicha disfunción. Y, como podemos imaginar, puede ser fruto y causante de una gran frustración y ansiedad, como todas las disfunciones que afectan directamente a nuestra vida íntima.
El priapismo es un tipo de anomalía de la circulación sanguínea (arterial o venosa), cuyo resultado es que la sangre se queda atrapada dentro del pene. La sangre bloqueada en cualquier parte del cuerpo pierde su oxígeno, y es susceptible de destruir los tejidos colindantes.
Aunque en la mayoría de los casos afecta al pene, se han documentado ciertos casos en mujeres (priapismo en el clítoris); no obstante, son considerados extraños y poco significativos. De hecho, los hombres de más de 30 años son la población más susceptible de padecerlo.
Principalmente, el priapismo presenta estos síntomas:
La mayoría de estos casos son originados por un problema en las arterias, y se suele denominar priapismo isquémico (o priapismo de bajo flujo), en contraposición al priapismo no isquémico (o priapismo de alto flujo), relacionado con las venas, en el que la sangre no queda totalmente atrapada, sino que está sujeta a una circulación mal regulada del circuito venoso.
No se ha demostrado hasta el momento que el priapismo aparezca por una única causa, sino por la concurrencia de determinados factores de riesgo que afecten directamente a la circulación de la sangre, como el consumo de algunos fármacos (antipsicóticos o diluyentes sanguíneos) o drogas (cannabis, cocaína), o padecer la enfermedad de células falciformes, también denominada anemia drepanocítica, que consiste en una deformación estructural de los glóbulos rojos.
Por fortuna, el priapismo tiene tratamiento. Generalmente se aplica una aspiración con el objetivo de drenar la sangre bloqueada dentro de los cuerpos cavernosos. Pero cuidado: este es un tratamiento médico de emergencia que ha de administrarse en las horas inmediatamente posteriores a la prolongación inusual de la erección. También existen tratamientos preventivos, es decir, aquellos destinados a reducir los factores de riesgo previamente mencionados.
Recomendamos acudir al médico ante la aparición del síntoma casi inequívoco de la anomalía en la erección. Una vez solventado el problema de urgencia, será necesario adoptar una posición de paciencia y comprensión en la pareja, porque afectará directamente a la vida sexual en común. Por tanto, recomendamos no escatimar en ayuda psicológica para ayudarnos a preservar este tesoro.