El Trastorno de estrés postraumático también conocido como TEP, es un trastorno de ansiedad por el que pasamos todas las personas independientemente de la edad tras haber vivido un acontecimiento muy estresante, extremadamente traumático, que involucra un daño físico, psicológico o estar en peligro nuestra vida o la vida de un ser querido, por ejemplo guerras, catástrofes naturales, la muerte de un ser querido, secuestros, situaciones de violencia…
Existen dos tipos de TEP, está el agudo que es el que aparece en el momento del trauma hasta tres meses después y luego está el latente que se manifiesta entorno a los seis meses del suceso, aunque es muy frecuente que muchas personas sobre todo si el suceso es muy catastrófico empiece a sentir sus síntomas años más tarde.
Los síntomas más característicos que aparecen en el TEP son:
1. Imágenes recurrentes del suceso traumático, también conocidos como flashbacks, pesadillas o recuerdos involuntarios en cualquier momento del día.
2. Experimentación de una ansiedad extrema difícil de controlar cuando la persona vuelve al lugar de los hechos, ve objetos del momento o se encuentra con personas que estuvieron en ese momento.
3. Dificultad para respirar, palpitaciones
4. Incapacidad para recordar detalles del suceso
5. Evitación de determinados estímulos vinculados al suceso traumático
6. Estado emocional negativo, miedo intenso, depresión, enfado, culpa
7. Incapacidad para experimentar emociones positivas
8. Problemas de concentración, atención, memoria, hipervigilancia…
Es fundamental que la persona si presenta estos síntomas y persisten en el tiempo acuda a un especialista de la psicología para ayudarle a desahogar el suceso y le enseñe herramientas y técnicas psicológicas para reducir los síntomas. No se trata de olvidar el suceso traumático, si no de aprender a vivir a pesar de ello.