Existen muchos motivos por los cuales una persona puede necesitar ir a un psicólogo, pero el primer motivo fundamental es que eres persona, y como tal, tus emociones a veces necesitan un chequeo para fortalecerse, quitarse culpas, acabar con inventos de nuestra mente, normalizar, desahogar, liberar…
No existe un motivo único para acudir a terapia, ni necesitas que tu dolencia sea extrema, ni padecer ninguna enfermedad mental diagnosticada como tal.
Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio malestar, que a veces se nos hace difícil de llevar, pues no sabemos qué camino escoger o nos estancamos en el andar de la vida.
A veces ese malestar se debe a posibles conflictos futuros que crees que pueden surgir, y que te ves atado de manos y pies para poder resolverlo, y la visión de esa situación tan angustiosa puede resultar asfixiante. Aprender a controlar esos pensamientos distorsionados puede ser una buena razón para acudir a consulta, pues tendemos a creernos esos pensamientos a pesar de no tener pruebas de ello, provocarnos emociones como ansiedad, tristeza o enfado, entre otras.
¿A caso nunca has pensado lo peor de un problema a pesar de que no haya sucedido?
Son muchas las ocasiones en las que necesitamos que alguien nos escuche y escuchar no significa que la otra persona diga las palabras que queremos oír. Aunque nos resulte duro, la forma en que ves la realidad no siempre es certera, a pesar de que nos duela que nos contradigan, no siempre tenemos razón. Acudir a terapia para aprender herramientas para graduar nuestra visión sobre el mundo puede ser muy enriquecedor.
¿Cuántos problemas no has tenido simplemente por creer que eres la única persona en tener razón?
Nos obcecamos en nuestras ideas y pensamientos impidiéndonos conseguir nuestras metas y objetivos. Pasamos días incluso meses o años con esa misma forma de pensar y sentir, cuando podemos contar con un profesional de la psicología para educarnos en eso de la inteligencia emocional.
Pero a pesar de todas estas razones para acudir a una consulta de psicología, seguimos retrasando esa visita.
El problema hoy en día es que en pleno siglo XXI aún podemos escuchar en la calle eso de «los psicólogos son para los locos». Ese mito ha calado en nuestra mente, perjudicándonos y haciéndonos creer que yo soy la única persona que tengo en la vida para solucionar lo que me ocurre y que las herramientas que tengo para eso son las únicas que existen.
La verdad que en todos estos años de experiencia y preguntando a compañeros y compañeras de profesión, aún no hemos encontrado «locos» en nuestras consultas. Simplemente tenemos la gran oportunidad de conocer a personas que necesitan ayudan y vienen con la esperanza de encontrarla en nosotros. Nuestra labor también es hacer entender a esas personas que no existen baritas mágicas en el tratamiento psicológico, nuestra labor es de ofrecer herramientas y guiar por otros caminos que no se habían tenido en cuenta con anterioridad, pero el trabajo al final depende de la persona que viene a solicitar ayuda. Siempre explico a mis pacientes que uno no aprende inglés acudiendo solo a una academia, aprendes inglés por el trabajo que haces fuera de ella a través de la práctica de ejercicios. La consulta de psicología consiste en lo mismo, no vamos a mejorar nuestra situación solo con venir a contarlo, se trata de poner en práctica las herramientas que el/la psicólog@ nos propone para ir viendo resultados.
«Si nos cruzamos de brazos, el mundo seguirá siendo el mismo»
Porque ir al psicólogo es de humanos, porque tenemos emociones, las cuales son las responsables de mover nuestro mundo interno y externo. ¿Quieres ir a un psicólogo en Vecindario? ¡Contacta con nosotros!
Tú puedes decidir seguir excusando o alargando esa ayuda que puedes necesitar, o bien puedes romper el tabú que tanto nos ha afectado.
Sea cual sea tu motivo personal, siempre será válido para acudir a terapia.